Despertar por la mañana y escuchar Muse es una buena manera de terminar en una casa de orates.
No digan que no les avise. Muse, antes que vendieran sus almas a niñas preadolescentes con demasiadas hormonas de pollo. Agiten vuestras condenadas cabezas y Enloquezcan.
El Disco
PD: De verdad me dan deseos de arrancarme la piel con Muscle Museum
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